miércoles, 6 de marzo de 2019

Amados Abuelos




Sentados en un banco con una sonrisa dibujada en sus caras, observan a ése pequeño que se balancea en un columpio.

Sin prisas ni horarios, disfrutando de aquello que parece tan sencillo y para ellos es un espectáculo. enlazan sus manos con una felicidad infinita reviviendo tiempos pasados en los que sus pequeños corrían por ése mismo parque.


Los abuelos: ésos seres pacientes, enamorados del sol, llenos de recuerdos, sosegados y también sufridos, con una paz eterna que se refleja en sus rostros porque sus vidas ya no son lo mismo.


Bendita época de oro que les permite disfrutar de lo que antes no pudieron. Colmados de perseverancia y sosiego, de maestría y destreza, con una entrega total y absoluta a facilitar la vida a quienes les rodea y consagrados al amor.


Y es que aquellos momentos de inquietudes, de prisas y  falta de tiempo, de preocupaciones y contrariedades han quedado atrás en el tiempo.


¿De donde viene su calma?¿de donde su quietud?  Sus vivencias a lo largo de la vida les ha demostrado que nada vale la pena más que el amor.


 Aquél nieto que recorre el parque y de vez en cuando cruza su mirada cómplice con ellos,  se acerca y les abraza. Un abrazo sincero y agradecido, un abrazo que es lo único que ahora necesitan.